RECUERDEN HACER LAS ACTIVIDADES EN HOJA DE CARPETA
ALGUNAS ACTIVIDADES PARA COMPARTIR EN FAMILIA
A PARTIR DEL TEXTO TRABAJADO EN CLASE, (lo envío
para aquellos que no lo tengan en la carpeta de Practicas del lenguaje), LES
PROPONGO ACTIVIDADES QUE NOS INVITAN A REFEXIONAR SOBRE EL 24 DE MARZO DE 1976
“DIA DE LA MEMORIA LA VERDAD Y LA JUSTICIA”
NUNCA MAS
·
Se propone comenzar con la lectura de un relato de Liliana Bodoc,
que puede ayudarnos a reflexionar sobre el vínculo entre identidad y
memoria.
El
fragmento dice así:
"Cada familia
husihuilke conservaba un cofre, heredado por generaciones, que los mayores
tenían consigo. Aunque tenía algo menos de dos palmos de altura, y un niño
pequeño podía rodearlo con sus brazos, en él se guardaban recuerdos de todo lo
importante que había ocurrido a la gente del linaje familiar a través del
tiempo. Cuando llegaban las noches de contar historias, volteaban el cofre haciéndolo
dar cuatro tumbos completos: primero hacia delante, después hacia atrás y,
finalmente, hacia cada costado. Entonces, el más anciano sacaba del cofre lo
primero que su mano tocaba, sin vacilar ni elegir. Y aquel objeto, evocador de
un recuerdo, le señalaba la historia que ese año debía relatar. A veces se
trataba de hechos que no habían presenciado porque eran mucho más viejos que
ellos mismos. Sin embargo, lo narraban con la nitidez del que estuvo allí. Y de
la misma forma, se grababa en la memoria de quienes tendrían que contarlo, años
después.
Los husihuilkes decían que
la Gran Sabiduría guiaba la mano del anciano para que su voz trajera desde la
memoria aquello que era necesario volver a recordar. Algunas historias se
repetían incansablemente. Algunas se relataban por única vez en el paso de una
generación; y otras, quizá, nunca serían contadas.
–Pienso en las viejas
historias que quedaron para siempre dentro del cofre –dijo Thungür–. Si nadie
las contó, nadie las oyó. Y si nadie las oyó...
–Nadie las recuerda
–completó Kush, que llegaba con su vasija cargada de menta dulce. Siempre
repites lo mismo y me obligas a repetir a mí. ¡Tantas veces te lo he dicho!
Cuando algo ciertamente grande ocurre suelen ser muchos los ojos que lo están
viendo. Y muchas las lenguas que saldrán a contarlo. Entonces, recuerda esto,
las viejas historias que jamás se cuenten alrededor de un fuego, alrededor de
otro se contarán. Y los recuerdos que un linaje ha perdido viven en las casas
de otro linaje."
Dos ideas pueden señalarse a
partir de este relato:
·
la memoria como un tesoro
comunitario;
·
transmisión intergeneracional
Luego de la lectura del fragmento literario, proponemos
las siguientes actividades para realizarlas solos o en familia:
- Recuperar la idea de pasado reciente: actividad 1- averiguar la edad que tenían
sus papás, sus tíos, abuelos y/o vecinos en 1976 y pidan que les cuenten
algún recuerdo de cómo fue para ellos vivir ese momento de nuestra
historia.
- Valorar el concepto de identidad: actividad
2_ analizar los datos de identidad que aparecen en los DNI, partidas de
nacimiento y otros documentos que certifican quiénes somos.
- Reflexionar sobre la idea de memoria: actividad 3_ A través de la indagación
inicial con adultos que vivieron esa época, sobre lo sucedido el 24 de
marzo de 1976, una propuesta puede ser que piensen en otros objetos que
podrían estar dentro del cofre de la memoria, y que al recuperarlos
trajeran al presente en forma de narración aquello que es necesario volver
a recordar. Proponemos también armar en el aula el cofre con todos los
objetos evocados e intentar construir con los chicos un relato posible
para cada uno.
El terrorismo de Estado en Argentina constituyó un
radical y cruel intento de interrumpir transmisión de memorias, historias e
identidades que forman parte de la trama cultural de una comunidad. Por eso en
cada aula donde leemos estas historias, ese vínculo se recrea. El relato de
Liliana Bodoc permite constituir un nuevo “fogón” para que las historias puedan
volver a ser contadas –con múltiples narradores, con nuevas tonalidades─ de
manera incansable para las nuevas generaciones. Y que nuevas historias se
agreguen a nuestra memoria colectiva.
Para trabajar con el concepto de prohibición (lo
prohibido – lo permitido): Para abordar el tema de la censura, adjunto copia
del cuento LA PLANTA DE BARTOLO de LAURA DEVETACH , uno de los tantos libros
prohibidos en esa época, donde podrás compartir la lectura con la familia.
“Fueron prohibidos durante la dictadura porque los
consideraban peligrosos,.La prohibición de libros, editoriales y autores
durante la dictadura fue muy amplia y abarcó distintos géneros y públicos”.
En el
marco del Día Nacional de la Memoria, por la Verdad y la Justicia entrevistamos
a la escritora Laura Devetach, quien nos contó la historia de la prohibición de
la Dictadura de 1976 a su cuento "La Planta de Bartolo" , entre otros
motivos "por ilimitada fantasía".
https://youtu.be/bI27cMoXxjg
LA PLANTA DE BARTOLO
El buen Bartolo sembró un día un hermoso cuaderno en un macetón. Lo
regó, lo puso al calor del sol, y cuando menos lo esperaba, ¡trácate!, brotó
una planta tiernita con hojas de todos colores.
Pronto la plantita comenzó a dar cuadernos. Eran cuadernos hermosísimos,
como esos que gustan a los chicos. De tapas duras con muchas hojas muy blancas
que invitaban a hacer sumas y restas y dibujitos.
Bartolo palmoteó siete veces de contento y dijo:
—Ahora, ¡todos los chicos tendrán cuadernos!
¡Pobrecitos los chicos del pueblo! Estaban tan caros los cuadernos que
las mamás, en lugar de alegrarse porque escribían mucho y los iban terminando,
se enojaban y les decían:
—¡Ya terminaste otro cuaderno! ¡Con lo que valen!
Y los pobres chicos no sabían qué hacer.
Bartolo salió a la calle y haciendo bocina con sus enormes manos de
tierra gritó:
—¡Chicos!, ¡tengo cuadernos, cuadernos lindos para todos! ¡El que quiera
cuadernos nuevos que venga a ver mi planta de cuadernos!
Una bandada de parloteos y murmullos llenó inmediatamente la casita del
buen Bartolo y todos los chicos salieron brincando con un cuaderno nuevo debajo
del brazo.
Y así pasó que cada vez que acababan uno, Bartolo les daba otro y ellos
escribían y aprendían con muchísimo gusto.
Pero, una piedra muy dura vino a caer en medio de la felicidad de
Bartolo y los chicos. El Vendedor de Cuadernos se enojó como no sé qué.
Un día, fumando su largo cigarro, fue caminando pesadamente hasta la
casa de Bartolo. Golpeó la puerta con sus manos llenas de anillos de oro: ¡Toco
toc! ¡Toco toc!
—Bartolo —le dijo con falsa sonrisa atabacada—, vengo a comprarte tu
planta de hacer cuadernos. Te daré por ella un tren lleno de chocolate y un
millón de pelotitas de colores.
—No —dijo Bartolo mientras comía un rico pedacito de pan.
—¿No? Te daré entonces una bicicleta de oro y doscientos arbolitos de
navidad.
—No.
—Un circo con seis payasos, una plaza llena de hamacas y toboganes.
—No.
—Una ciudad llena de caramelos con la luna de naranja.
—No.
—¿Qué querés entonces por tu planta de cuadernos?
—Nada. No la vendo.
—¿Por qué sos así conmigo?
—Porque los cuadernos no son para vender sino para que los chicos
trabajen tranquilos.
—Te nombraré Gran Vendedor de Lápices y serás tan rico como yo.
—No.
—Pues entonces —rugió con su gran boca negra de horno—, ¡te quitaré la
planta de cuadernos! —y se fue echando humo como la locomotora.
Al rato volvió con los soldaditos azules de la policía.
—¡Sáquenle la planta de cuadernos! —ordenó.
Los soldaditos azules iban a obedecerle cuando llegaron todos los chicos
silbando y gritando, y también llegaron los pajaritos y los conejitos.
Todos rodearon con grandes risas al vendedor de cuadernos y cantaron
"arroz con leche", mientras los pajaritos y los conejitos le
desprendían los tiradores y le sacaban los pantalones.
Tanto y tanto se rieron los chicos al ver al Vendedor con sus
calzoncillos colorados, gritando como un loco, que tuvieron que sentarse a
descansar.
—¡Buen negocio en otra parte! —gritó Bartolo secándose los ojos,
mientras el Vendedor, tan colorado como sus calzoncillos, se iba a la carrera
hacia el lugar solitario donde los vientos van a dormir cuando no trabajan.
integra el libro La torre de cubos de Laura Devetach, publicado
en 1966
Luego de leer el cuento, responder:
1-
¿A QUIEN REPRESENTA EL VENDEDOR DE
CUADERNOS?
2-
¡¿Cuál ES EL MENSAJE QUE SE REFLEJA EN ESTE
CUENTO? ¿POR QUE?
TE PROPONGO LEER :
*EL PUEBLO QUE NO QUERIA SER GRIS DE Beatriz
Doumerc
**La ultrabomba, de Mario Lodi