APRENDO JUGANDO

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miércoles, 25 de marzo de 2020



RECUERDEN HACER LAS ACTIVIDADES EN HOJA DE CARPETA



ALGUNAS ACTIVIDADES PARA COMPARTIR EN FAMILIA

A PARTIR DEL TEXTO TRABAJADO EN CLASE, (lo envío para aquellos que no lo tengan en la carpeta de Practicas del lenguaje), LES PROPONGO ACTIVIDADES QUE NOS INVITAN A REFEXIONAR SOBRE EL 24 DE MARZO DE 1976

“DIA DE LA MEMORIA LA VERDAD Y LA JUSTICIA”

NUNCA MAS

·         Se propone comenzar con la lectura de un relato de Liliana Bodoc, que puede ayudarnos a reflexionar sobre el vínculo entre identidad y memoria. 

El fragmento dice así:

"Cada familia husihuilke conservaba un cofre, heredado por generaciones, que los mayores tenían consigo. Aunque tenía algo menos de dos palmos de altura, y un niño pequeño podía rodearlo con sus brazos, en él se guardaban recuerdos de todo lo importante que había ocurrido a la gente del linaje familiar a través del tiempo. Cuando llegaban las noches de contar historias, volteaban el cofre haciéndolo dar cuatro tumbos completos: primero hacia delante, después hacia atrás y, finalmente, hacia cada costado. Entonces, el más anciano sacaba del cofre lo primero que su mano tocaba, sin vacilar ni elegir. Y aquel objeto, evocador de un recuerdo, le señalaba la historia que ese año debía relatar. A veces se trataba de hechos que no habían presenciado porque eran mucho más viejos que ellos mismos. Sin embargo, lo narraban con la nitidez del que estuvo allí. Y de la misma forma, se grababa en la memoria de quienes tendrían que contarlo, años después.

Los husihuilkes decían que la Gran Sabiduría guiaba la mano del anciano para que su voz trajera desde la memoria aquello que era necesario volver a recordar. Algunas historias se repetían incansablemente. Algunas se relataban por única vez en el paso de una generación; y otras, quizá, nunca serían contadas.

–Pienso en las viejas historias que quedaron para siempre dentro del cofre –dijo Thungür–. Si nadie las contó, nadie las oyó. Y si nadie las oyó...

–Nadie las recuerda –completó Kush, que llegaba con su vasija cargada de menta dulce. Siempre repites lo mismo y me obligas a repetir a mí. ¡Tantas veces te lo he dicho! Cuando algo ciertamente grande ocurre suelen ser muchos los ojos que lo están viendo. Y muchas las lenguas que saldrán a contarlo. Entonces, recuerda esto, las viejas historias que jamás se cuenten alrededor de un fuego, alrededor de otro se contarán. Y los recuerdos que un linaje ha perdido viven en las casas de otro linaje."  



Dos ideas pueden señalarse a partir de este relato:

·         la memoria como un tesoro comunitario;



·          transmisión intergeneracional

  

Luego de la lectura del fragmento literario, proponemos las siguientes actividades para realizarlas solos o en familia:

  • Recuperar la idea de pasado reciente:  actividad 1- averiguar la edad que tenían sus papás, sus tíos, abuelos y/o vecinos en 1976 y pidan que les cuenten algún recuerdo de cómo fue para ellos vivir ese momento de nuestra historia.



  • Valorar el concepto de identidad:   actividad 2_ analizar los datos de identidad que aparecen en los DNI, partidas de nacimiento y otros documentos que certifican quiénes somos.



  • Reflexionar sobre la idea de memoria:  actividad 3_ A través de la indagación inicial con adultos que vivieron esa época, sobre lo sucedido el 24 de marzo de 1976, una propuesta puede ser que piensen en otros objetos que podrían estar dentro del cofre de la memoria, y que al recuperarlos trajeran al presente en forma de narración aquello que es necesario volver a recordar. Proponemos también armar en el aula el cofre con todos los objetos evocados e intentar construir con los chicos un relato posible para cada uno.

El terrorismo de Estado en Argentina constituyó un radical y cruel intento de interrumpir transmisión de memorias, historias e identidades que forman parte de la trama cultural de una comunidad. Por eso en cada aula donde leemos estas historias, ese vínculo se recrea. El relato de Liliana Bodoc permite constituir un nuevo “fogón” para que las historias puedan volver a ser contadas –con múltiples narradores, con nuevas tonalidades─ de manera incansable para las nuevas generaciones. Y que nuevas historias se agreguen a nuestra memoria colectiva.  

Para trabajar con el concepto de prohibición (lo prohibido – lo permitido): Para abordar el tema de la censura, adjunto copia del cuento LA PLANTA DE BARTOLO de LAURA DEVETACH , uno de los tantos libros prohibidos en esa época, donde podrás compartir la lectura con la familia.

“Fueron prohibidos durante la dictadura porque los consideraban peligrosos,.La prohibición de libros, editoriales y autores durante la dictadura fue muy amplia y abarcó distintos géneros y públicos”.



En el marco del Día Nacional de la Memoria, por la Verdad y la Justicia entrevistamos a la escritora Laura Devetach, quien nos contó la historia de la prohibición de la Dictadura de 1976 a su cuento "La Planta de Bartolo" , entre otros motivos "por ilimitada fantasía".



https://youtu.be/bI27cMoXxjg




LA PLANTA DE BARTOLO

El buen Bartolo sembró un día un hermoso cuaderno en un macetón. Lo regó, lo puso al calor del sol, y cuando menos lo esperaba, ¡trácate!, brotó una planta tiernita con hojas de todos colores.

Pronto la plantita comenzó a dar cuadernos. Eran cuadernos hermosísimos, como esos que gustan a los chicos. De tapas duras con muchas hojas muy blancas que invitaban a hacer sumas y restas y dibujitos.

Bartolo palmoteó siete veces de contento y dijo:

—Ahora, ¡todos los chicos tendrán cuadernos!

¡Pobrecitos los chicos del pueblo! Estaban tan caros los cuadernos que las mamás, en lugar de alegrarse porque escribían mucho y los iban terminando, se enojaban y les decían:

—¡Ya terminaste otro cuaderno! ¡Con lo que valen!

Y los pobres chicos no sabían qué hacer.

Bartolo salió a la calle y haciendo bocina con sus enormes manos de tierra gritó:

—¡Chicos!, ¡tengo cuadernos, cuadernos lindos para todos! ¡El que quiera cuadernos nuevos que venga a ver mi planta de cuadernos!

Una bandada de parloteos y murmullos llenó inmediatamente la casita del buen Bartolo y todos los chicos salieron brincando con un cuaderno nuevo debajo del brazo.

Y así pasó que cada vez que acababan uno, Bartolo les daba otro y ellos escribían y aprendían con muchísimo gusto.

Pero, una piedra muy dura vino a caer en medio de la felicidad de Bartolo y los chicos. El Vendedor de Cuadernos se enojó como no sé qué.

Un día, fumando su largo cigarro, fue caminando pesadamente hasta la casa de Bartolo. Golpeó la puerta con sus manos llenas de anillos de oro: ¡Toco toc! ¡Toco toc!

—Bartolo —le dijo con falsa sonrisa atabacada—, vengo a comprarte tu planta de hacer cuadernos. Te daré por ella un tren lleno de chocolate y un millón de pelotitas de colores.

—No —dijo Bartolo mientras comía un rico pedacito de pan.

—¿No? Te daré entonces una bicicleta de oro y doscientos arbolitos de navidad.

—No.

—Un circo con seis payasos, una plaza llena de hamacas y toboganes.

—No.

—Una ciudad llena de caramelos con la luna de naranja.

—No.

—¿Qué querés entonces por tu planta de cuadernos?

—Nada. No la vendo.

—¿Por qué sos así conmigo?

—Porque los cuadernos no son para vender sino para que los chicos trabajen tranquilos.

—Te nombraré Gran Vendedor de Lápices y serás tan rico como yo.

—No.

—Pues entonces —rugió con su gran boca negra de horno—, ¡te quitaré la planta de cuadernos! —y se fue echando humo como la locomotora.

Al rato volvió con los soldaditos azules de la policía.

—¡Sáquenle la planta de cuadernos! —ordenó.

Los soldaditos azules iban a obedecerle cuando llegaron todos los chicos silbando y gritando, y también llegaron los pajaritos y los conejitos.

Todos rodearon con grandes risas al vendedor de cuadernos y cantaron "arroz con leche", mientras los pajaritos y los conejitos le desprendían los tiradores y le sacaban los pantalones.

Tanto y tanto se rieron los chicos al ver al Vendedor con sus calzoncillos colorados, gritando como un loco, que tuvieron que sentarse a descansar.

—¡Buen negocio en otra parte! —gritó Bartolo secándose los ojos, mientras el Vendedor, tan colorado como sus calzoncillos, se iba a la carrera hacia el lugar solitario donde los vientos van a dormir cuando no trabajan.

integra el libro La torre de cubos de Laura Devetach, publicado en 1966

Luego de leer el cuento, responder:

1-      ¿A QUIEN REPRESENTA EL VENDEDOR DE CUADERNOS?

2-      ¡¿Cuál ES EL MENSAJE QUE SE REFLEJA EN ESTE CUENTO? ¿POR QUE?


TE PROPONGO LEER :


*EL PUEBLO QUE NO QUERIA SER GRIS DE Beatriz Doumerc

**La ultrabomba, de Mario Lodi












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